Mendoza, San Juan y Santiago del Estero fueron las tres provincias elegidas por un laboratorio para testear un medicamento contra la neumonía. Denuncian que no hay control del Estado.
Al menos doce bebés incluidos en protocolos de investigación clínica para probar la eficacia de una vacuna murieron durante el último año en tres provincias argentinas. El estudio de fase 3 (experimentación en humanos) es patrocinado por el laboratorio multinacional Glaxo Smith Kline y utiliza niños de familias carenciadas a las que se “presiona y obliga para que firmen los consentimientos legales”, según lo denunció la Federación de Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa).
Los denunciantes dijeron que “esto ocurre sin ningún tipo de control estatal” y porque “no se cumple con los mínimos requerimientos éticos”. Familiares de víctimas denunciaron presiones para desistir de las demandas. Los responsables del estudio respondieron que “los procedimientos se realizan en el marco de la ley”. Dos diputados nacionales pidieron informes al Gobierno y a la Administración Nacional de Medicamentos (ANMAT). A pesar de las críticas, la investigación continúa.
Se trata del protocolo “Compas” que debe probar la eficacia clínica de una vacuna contra el neumococo. Tres países latinoamericanos fueron elegidos para los testeos: Colombia, Panamá y la Argentina. El Centro de Desarrollo de Proyectos Avanzados en Pediatría (Cedepap) de Córdoba fue contratado por la compañía farmacéutica para probar la vacuna en bebés argentinos. Desde 2007, 15 mil niños menores de un año de Mendoza, San Juan y Santiago del Estero ingresaron en el protocolo de investigación. “Sólo murieron doce en todo el país, lo que representa una cifra mínima si la comparamos con las muertes que se producen por enfermedades respiratorias causadas por el neumococo”, aseguró el pediatra santiagueño Enrique Smith, uno de los investigadores principales del estudio. En su provincia, los protocolos fueron autorizados cuando su hermano Juan Carlos Smith era ministro de Salud. “Estoy absolutamente convencido de haber tomado la decisión correcta, aunque algunos talibanes de la investigación hayan querido bastardear el procedimiento”, aseguró el ex funcionario en diálogo con Crítica de la Argentina.
“Como no pueden experimentar en Europa o Estados Unidos, vienen a hacerlo a los países del tercer mundo”, dijo la pediatra Ana María Marchese, quien trabaja en el Hospital de Niños santiagueño, donde se realizan los estudios. “En Córdoba no les permitieron llevar adelante el experimento y por eso se vinieron para Santiago del Estero, donde los controles son menores”, explicó. “A los familiares de los bebitos les hacen firmar un consentimiento informado pero sin admitir de manera explícita que se trata de un experimento”. El método utilizado se denomina "doble ciego randomizado". “Esto significa que sólo se le suministra la vacuna a la mitad de los pacientes seleccionados, mientras que al resto se le inyecta otra vacuna del calendario” explicó Smith.
“Con este proceder violan todos los procedimientos éticos”, denunció Marchese. Y agregó: “porque una cosa es incluir a un paciente terminal en un protocolo y otra es probar una droga en chicos sanos, con toda la vida por delante”.
“Mucha gente quiere salirse del protocolo y se lo prohíben, los obligan a continuar con la amenaza de que si dejan no se les aplica ninguna otra vacuna”, explicó Julieta Ovejero, tía abuela de uno de los seis bebés fallecidos en Santiago del Estero. “Hay madres a las que las obligan a firmar diciéndoles que si no aceptan les van a quitar los chicos con la policía, les niegan los remedios o directamente no los atienden”, detalló Ovejero. “En su gran mayoría se trata de personas carenciadas, muchas de ellas no saben ni leer ni escribir, a las que presionan para que autoricen la inclusión de sus hijos”, relató Juan Carlos Palomares, integrante de Fesprosa, la entidad que nacionalizó la denuncia en una conferencia de prensa. Según la denuncia, “el laboratorio paga 8.000 dólares por cada niño incluido en el estudio, pero no queda nada en la provincia que presta las instalaciones públicas y el personal de salud para una investigación privada”.
“A nadie se le obliga ni se lo presiona para ingresar al protocolo, todos reciben la información que necesitan para evaluar la decisión”, se defendió Enrique Smith. “A la provincia le han quedado importantes beneficios gracias a este convenio, como equipamiento médico de última generación que fue donado por el laboratorio y otras ventajas”, agregó su hermanos Juan Carlos Smith.
Glaxo Smith Kline es una compañía que se especializa en "curar enfermedades", al menos eso debería. Sin embargo, para lograr ésto se avala en experimentos usando animales y seres humanos, como ya se ha visto.
En el caso de los animales, contrata los servicios del laboratorio Huntingdon Life Sciense (HLS). Este último, es el laboratorio más grande de experimentación en animales que existe en el mundo. El mismo, se especializa en testear en animales (monos, ratas, conejos, perros, gatos) los productos que compañías pretenden comercializar. HLS está reconocido como un laboratorio en donde la moral no cuenta, en donde se practican atroces experimentaciones. A escondidas se han grabado escenas de los empleados cayéndole a golpes en la cabeza a cachorros beagles y cortando a monos sin anestesia, dentro de otras acciones. En fin, si aún dudan de lo que HLS le hace a miles animales a cada segundo por favor vayan a:
http://www.shac.net/MISC/Inside_HLS.html
En este site se pueden ver las imágenes descritas y escuchar a los mismos empleados cómo se refieren a estas prácticas.
A continuación un comunicado del Movimiento Patriótico Revolucionario con respecto a este tema.
Jueves 16 de febrero, 12 hs.
Laboratorios GlaxoSmithKline Argentina (Carlos Casares 3690, Victoria, Bs.As.)
En el marco de nuestra campaña llamando al boicot a las empresas de capitales británicos, el jueves 16 de febrero a las 12hs, nos movilizamos para señalar los laboratorios de la empresa GlaxoSmithKline, quizás la segunda empresa farmacéutica más grande del mundo, la cual ha llegado al punto de hacer negocios a costa de la vida de los argentinos.
Esta empresa, con la impunidad que caracteriza a los poderosos, es responsable de la reciente muerte de 14 bebés de nuestro pueblo más pobre, siete en la provincia de Santiago del Estero, cinco en Mendoza y dos en San Juan. Con ellos, y con 14000 bebés más, hicieron sus experimentos médicos, probando una vacuna, uno de sus nuevos productos comerciales. Fueron multados porque sus médicos, enfermeros y asistentes sociales engañaron a las familias de los niños para conseguir su consentimiento para someterse a la prueba. Los técnicos de Glaxo cobraban por cada niño vacunado.
La empresa por su puesto lo niega. Dice que ninguno de los bebés murió por la vacuna. Pero como poderosos e impunes que son, sólo hacen los experimentos, y si algo sale mal, pagan las multas. Para ellos, el riesgo lo vale. A nivel mundial la empresa factura u$s 27000 millones por año. En Argentina debieron pagar una multa de menos de u$s 250000.
GlaxoSmithKline tiene denuncias y condenas en todo el mundo. En EEUU tuvo tres juicios por comercialización ilícita de medicamentos, que según se demostró, se vinculaban con decenas de infartos, pagando u$s 3000 millones; en Puerto Rico pagó u$s 750 millones por distribuir medicamentos contaminados; en Hungría probaron sustancias en pacientes de un hospital psiquiátrico sin su consentimiento. Otros casos se dieron en Italia, Alemania, Inglaterra, Nueva Zelanda y México.
Aquí en Argentina ya murieron 14 bebés para que Glaxo pueda asegurarse que sus negocios son viables. Pero nuestro pueblo no es laboratorio para sus experimentos.
GLAXO ASESINOS
FUERA INGLESES DE MALVINAS
FUERA MEGAMINERIA DE ARGENTINA
BOICOT A LAS EMPRESAS BRITÁNICAS
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Fuente: Agencias de noticias
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