Hoy se desarrolló el juicio oral por hechos de tortura perpetrados en el Complejo Penitenciario Federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (ex Unidad 2 de Devoto). La Audiencia tubo lugar en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 4 y continuará el próximo 4 de abril. Los represores Maximiliano Carlos Barresi y Néstor Iñiguez en el banquillo.
En dicho debate se procesa a los agentes del Servicio Penitenciario Federal Maximiliano Carlos Barresi y Néstor Iñiguez por los hechos de la madrugada del 3 de julio de 2007, día en el que un grupo de detenidos ingresó a la unidad mencionada. En la ocasión, fueron sometidos a una "Bienvenida", práctica habitual por parte de los penitenciarios al momento en que una persona privada de la libertad ingresa a una cárcel.
La referida práctica consiste en una serie de golpes, patadas y diversos tratos humillantes, que configuran el delito de tortura. Las secuelas físicas de las víctimas de este caso fueron comprobadas mediante informes médicos, fotografías y otras constancias que constan en la causa. También se recogieron testimonios concordantes que resaltan el carácter habitual y sistemático del castigo asestado por el grupo de agentes que llevó a cabo el procedimiento de requisa a los recién llegados:
Testimonios contundentes
"Al ingresar a Devoto, (fui) derivado a un salón grande denominado "Leonera", junto con otros detenidos. Que la golpiza recibida es a manera de "bienvenida" empezaron a pegarme en todas partes del cuerpo, incluso con algún elemento como por ejemplo, el palo de goma que utilizan los del servicio, lo mismo que a las demás personas".
Otra de las víctimas manifestó que "recibió lo que se denomina "la bienvenida", esto es, una serie de golpes de mayor o menor intensidad que el personal del servicio penitenciario aplica a los internos que ingresan al centro de detención."
Un tercero declaró que ". nos hicieron salir de la "leonera" en donde estábamos esperando, para pasar a un pasillo, donde desnudos nos obligaron a ponernos contra la pared, oportunidad en la que varios integrantes del servicio penitenciario federal comenzaron a darnos la "bienvenida", esto es, a darnos golpes por todas partes del cuerpo. En mi caso dos integrantes me daban trompadas en la zona del tórax y el abdomen, patadas en los tobillos y cachetadas en la cara y cabeza. Esa golpiza duró aproximadamente quince minutos. Recuerdo que a algunos, como por ejemplo a un señor de mayor edad, le dieron más cantidad de golpes y de mayor intensidad, llegando a vomitar sangre por la boca. Luego de esos quince minutos, fuimos llevados a otra leonera interna, donde nos hicieron esperar, para luego hacernos pasar de a dos por vez a un escritorio que había al final de la leonera y allí un funcionario del Servicio que creo recordar llevaba una camisa blanca, tenía un papel que te obligaban a firmar antes de hacerte ingresar en el pabellón de destino. Mientras este funcionario te hacía firmar, había cuatro integrantes más del servicio que me daban golpes por todas partes del cuerpo, a la vez que me obligaban a contestar preguntas que me hacían, bajo la fórmula o expresión "si Señor, no Señor".
Un cuarto testigo señaló "Bajé solo hasta un lugar del que no recuerdo su denominación, pero que es donde se da la "bienvenida". Yo estuve ya detenido en otra oportunidad en Ezeiza y allí la "bienvenida" consiste en un leve cachetazo aplicado casi sin fuerza, en cambio, en devoto la cosa es mucho más violenta, sobre todo en los días en que hay un acontecimiento negativo, como ser por ejemplo, que pierda algún equipo de fútbol con el que simpatizan los integrantes del servicio. De la misma manera, si el detenido es extranjero, como en mi caso, la bienvenida en Devoto se pone más violenta. Además, el día de ingreso, varios de los integrantes del servicio tenían aliento a alcohol. En la leonera hay un escritorio de metal donde había una persona sentada de la que solo recuerdo que era gordito, el que hacía las preguntas y a quien había que contestarle con la fórmula "si señor, no señor". En cuanto a los golpes que se propinaban allí, son de distinta forma. Se aplican patadas "voladoras", golpes con los palos que utilizan y de puño en cualquier parte del cuerpo.
Cabe destacar que usualmente las causas en las que se denuncian delitos de tortura y malos tratos, son archivadas poco tiempo después de presentada la denuncia. De esta manera, se asegura la impunidad de los funcionarios públicos que cometen estos delitos aberrantes.
El hecho de que la causa en cuestión llegue a instancia de debate es de suma importancia, así como su difusión y la asistencia a dicha audiencia.
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