El sábado 15 de octubre se realizó un escrache al supermercado Vital por el despido de Daniel Barboza. La actividad se realizó en la sucursal que la empresa posee en la calle Tronador al 400. El compañero fue despedido hace un mes, cuando sus superiores se enteraron que es gay.
Se denunció ante los clientes de la firma Vital Maycar la conducta empresaria, se pidió la reincorporación del trabajador, de no acceder a devolverle el trabajo a Daniel Barboza, se anunció que el sábado 22 volverán a repetir el escrache.
Fue así que luego de tomar estado público el caso de homofobia, distintas organizaciones defensoras de los derechos de gays, travestis y lesbianas, (que tuvieron un protagonismo fundamental para la aprobación de la ley de matrimonio igualitario) se solidarizaron con el trabajador y acompañaron el acto de repudio convocado por la Central de Trabajadores de la Argentina, medida que contó también con la presencia del cuerpo de delegados gremiales de la sucursal, Jorge Otondo y Marcos Corvalán.
El despido de Daniel Barboza sucedió hace un mes, el joven trabajaba en el supermercado mayorista, cansado de los comentarios homofóbicos de sus jefes, blanqueó su relación con el repositor de un frigorífico. Desde ese momento, denunció, comenzaron a perseguirlo.
El sábado los soberbios que lo discriminaron y lo maltrataron se refugiaron en los depósitos de Vital, sus ex compañeros de trabajo se acercaron a saludarlo aún a sabiendas de que pueden correr la misma suerte que Daniel.
Echan a reconocido periodista por discriminación ideológica
La patronal de La Nación despidió esta semana al reconocido periodista Claudio Minghetti, cronista de espectáculos del diario que conduce, además, la Asociación de Críticos Cinematográficos de la Argentina.
Estamos frente a un alevoso ataque contra la libertad de expresión, que exhibe una clara discriminación ideológica. Con el agravante de que cercena el ejercicio de una crítica estética, es decir que incurre en un crimen cultural. Tiene, también, la marca de la canallada: el diario dispone de toda una estructura jerárquica por encima del periodista para administrar a su antojo qué publica y qué no. Sin embargo, lejos de un descuido editorial, el diario prefirió eludir el rechazo a la publicación del artículo para no abrir el debate sobre los argumentos de su decisión. Optó así por el terror para superar su cobardía intelectual.
Pero no parece haber tenido éxito: cuando Minghetti fue a buscar sus cosas para retirarse los trabajadores lo respaldaron con 5 minutos de aplausos. Un impresionante gesto de apoyo y valentía de los compañeros de la redacción de La Nación.
Desde 2008 para acá, la patronal del diario La Nación esta despidiendo sistemáticamente trabajadores. Empezó por la administración, siguió por los gráficos, y desde el año pasado está despidiendo sectores de la redacción. Solo la última semana echaron a tres correctores, un archivista, un editor fotográfico y un periodista de la sección espectáculos.
Fuente:Agencia Rodolfo Walsh
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