Más de 200 delegados y trabajadores se reunieron ayer por la tarde en el Hotel Bauen para consensuar propuestas y acciones conjuntas ante la creciente persecución, judicialización y ataque a los luchadores obreros y populares. En las diferentes intervenciones se señaló la intención de mostrar voluntad de unidad y de dar la pelea “como un golpe de conjunto”. También se recalcó la necesidad de “laburar en la conciencia de todos los trabajadores”.
El 7 de septiembre, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ironizó acerca de la tendinitis que los trabajadores del subte manifestaron sufrir. Pocos días después, el 19 de septiembre, Néstor Marcolín, delegado de la línea 60 de colectivos, denunció que alrededor de las 3 de la madrugada incendiaron su auto “en la puerta de su casa como señal de amedrentamiento a toda su familia”. Ante ese ataque, se declaró el estado de alerta y asamblea, y la patronal respondió, tal como afirmaron los trabajadores, con "un ataque de patotas armadas” en la cabecera de Ingeniero Maschwitz. Días antes, el delegado de la línea H de subterráneos, Fernando Cavalieri, fue “amenazado por un grupo de cuatro personas armadas acompañadas por Alejandro Kruger, delegado de la UTA”.
Septiembre concluiría con otro golpe hacia la clase trabajadora: el 30, era detenido el delegado ferroviario Rubén “Pollo” Sobrero (junto con otras 5 personas, entre ellas el delegado docente Leonardo Portorreal) en el marco de una causa armada por el incendio de trenes ocurrido el 2 de mayo. Ante las masivas movilizaciones en distintos puntos del país que exigían la libertad de Sobrero y Portorreal, el 4 de octubre, el juez Juan Manuel Yalj debió dictar la excarcelación de los detenidos, al tiempo que pidió disculpas, sugiriendo que fue víctima de una maniobra.
A estos hechos, se sumó el ataque a la nieta de otro delegado de la línea 60, Daniel Farella. En la madrugada del 7 de octubre, en el Barrio San Alberto, La Matanza, cinco personas ingresaron a su domicilio, maniataron y amordazaron a su nieta, al tiempo que la amenazaron con armas y un cuchillo. “Todo esto es por la lucha que Daniel Farella mantiene contra DOTA”, afirmaron los trabajadores.
El ataque a un familiar, a una menor de 15 años, produjo el rechazo de diferentes comisiones internas que se solidarizaron de forma inmediata con Farella. Pero también se planteó la necesidad de consensuar acciones ante los crecientes hostigamientos -desde el poder político y judicial, la burocracia y las patronales- que vienen resistiendo quienes luchan por otro modelo gremial.
También se recordó la campaña por la libertad de los petroleros de Las Heras (Víctor Oñate y Juan Acosta) y de Carlos Olivera de SITRAIC, así como la exigencia del desprocesamiento a los más de 5000 luchadores populares.
Otras intervenciones, que siguieron el puntapié de Marcolín, giraron en torno al trabajo de base y a tomar como esencial que se “coordine con otros compañeros y en todo el país”. “Unir la mayor cantidad de ejemplos democráticos que se vienen construyendo hace años”, sostuvo Claudio Dellacarbonara, delegado de la línea B de subtes.
Entre los primeros acuerdos, se definió marchar el próximo 20 de octubre, día en que se cumplirá el primer aniversario del asesinato de Mariano Ferreyra a manos de una patota de la Unión Ferroviaria, y consensuar una declaración conjunta, tomando como base, por un lado, la convocatoria a la movilización firmada por varias organizaciones y, por otro, la declaración de la "Mesa contra la represión y persecución sindical", coordinada por comisiones internas y trabajadores de la zona norte de Buenos Aires.
En este sentido se remarcó que los principales ejes para dar la pelea son:
- Libertad a los trabajadores y luchadores populares presos
- No a la judicialización
- No a la represión
- Condena a los responsables del asesinato de Ferreyra
Por último, se concretó la fecha para un segundo encuentro: será el lunes 31 de octubre a las 18:00hs. En un principio, se realizaría en el Hotel Bauen.
Fuente: ANRed
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