Los vecinos autoconvocados de Berazategui comenzaron el corte de vías por tiempo indeterminado en 14 y Lisandro de la Torre. Exigen la desmilitarización del barrio y el traslado definitivo de la Subestación eléctrica Rigolleau a una zona no poblada.
La “justicia” ha decidido, descaradamente, respaldar los intereses económicos de la empresa multinacional Edesur con la complicidad de las autoridades nacionales, provinciales y municipales, ignorando los derechos humanos y los derechos constitucionales del pueblo argentino. Haciendo uso de las fuerzas represivas garantizadas por el Estado, la empresa, ha establecido un verdadero estado de sitio militarizando con mas de 400 policías el barrio desde hace 10 días, al mejor estilo de la dictadura militar.
La resistencia vecinal en las calles ha logrado pacificamente frenar esta obra durante 6 años, pidiendo el traslado definitivo de la subestación eléctrica Rigolleau a una zona no poblada, en defensa de la vida y de un medio ambiente libre de contaminación.
Por eso hoy más que nunca, habiendo agotado los vecinos todas la instancias legales, han decidido resistir hasta las últimas consecuencias este proyecto de muerte y enfermedad, que cuenta además con el respaldo de la Unión Industrial de Berazategui, los intereses inmobiliarios de barrios privados y countris y por de la Empresa Rigolleau, quienes serán beneficiarios directos de esta subestación.
Esta lucha ha sido la lucha de toda una comunidad que ejerce su legítimo derecho a la vida y a una sociedad justa, entendiendo que sin salud no tiene sentido el progreso.
La “justicia” ha decidido, descaradamente, respaldar los intereses económicos de la empresa multinacional Edesur con la complicidad de las autoridades nacionales, provinciales y municipales, ignorando los derechos humanos y los derechos constitucionales del pueblo argentino. Haciendo uso de las fuerzas represivas garantizadas por el Estado, la empresa, ha establecido un verdadero estado de sitio militarizando con mas de 400 policías el barrio desde hace 10 días, al mejor estilo de la dictadura militar.
La resistencia vecinal en las calles ha logrado pacificamente frenar esta obra durante 6 años, pidiendo el traslado definitivo de la subestación eléctrica Rigolleau a una zona no poblada, en defensa de la vida y de un medio ambiente libre de contaminación.
Por eso hoy más que nunca, habiendo agotado los vecinos todas la instancias legales, han decidido resistir hasta las últimas consecuencias este proyecto de muerte y enfermedad, que cuenta además con el respaldo de la Unión Industrial de Berazategui, los intereses inmobiliarios de barrios privados y countris y por de la Empresa Rigolleau, quienes serán beneficiarios directos de esta subestación.
Esta lucha ha sido la lucha de toda una comunidad que ejerce su legítimo derecho a la vida y a una sociedad justa, entendiendo que sin salud no tiene sentido el progreso.
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