Piel y huesos. Así, en un estado de extrema desnutrición, fue encontrada sin vida Teresa Ortiz, una aborigen wichí indocumentada, de 40 años, que vivía en la misión La Chirola, 369 kilómetros al noreste de la ciudad de Salta, donde ayer, la sensación térmica era de 45 grados. En la misión viven 16 familias. El cadáver de Teresa fue hallado el viernes en el interior de su “wete” (vivienda), donde el médico forense Luis Flores determinó sin autopsia que la mujer falleció por “un paro cardiorrespiratorio por desnutrición”.
El actual gobernador de la provincia, abrió su campaña diciendo “se que nos falta, que lo que hicimos, no es suficiente”, es verdad, y esto demuestra no solo que es poco, sino la falta inminente, de acompañamiento y ayuda de urtubey a las comunidades indígenas, recordemos que noviembre una niña que era de Colonia Santa Rosa, a 250 km de la capital provincia, falleció por desnutrición, la política de urtubey, está en la capital y no en el interior y menos con las comunidades indígenas.
Teresa tenía un hijo mayor de edad. Su comunidad, que profesa la religión Evangelista, la habría marginado últimamente por su condición de alcohólica crónica, por la que habría estado internada en el Hospital de Embarcación, distante 60 kilómetros de la localidad de Dragones. Al cierre de esta edición, los médicos llegaron a Dragones y comprobaron que Teresa, el pasado mes de octubre, había sido atropellada por un vehículo en la ruta, lo que le habría dejado un trastorno mental. “Después del accidente, dejó de comer y no quería asistencia médica a través de los agentes sanitarios”, explicó el ministro Esteban.
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