martes, 3 de abril de 2012

2 de abril: Guerra de Malvinas


El 2 de abril de 1982, tres días después de la movilización en la Plaza de Mayo, alrededor de cinco mil efectivos al mando del general Mario Benjamín Menéndez desembarcaron en Puerto Stanley, la capital de las Islas Malvinas, desde entonces rebautizada como Puerto Argentino.



Los cuarenta y nueve marines ingleses que conformaban la pequeña guarnición encargada de la custodia del archipiélago fueron capturados y trasladados a Montevideo junto con el gobernador Rex Hunt. El general Menéndez asumió como gobernador de Malvinas. Aunque para la sociedad argentina la toma de Malvinas fue algo inesperado, el plan militar hacia tiempo que se venia analizando.


A comienzos de los años 1980, el modelo económico neoliberal impuesto a sangre y fuego por el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional dio claras muestras de agotamiento, lo que provocó numerosas tensiones sociales: 90% de inflación anual, recesión profunda, interrupción de buena parte de la actividad económica, generalización del IVA, empobrecimiento de las clases medias, brusco aumento del endeudamiento externo de las empresas y del Estado, salario real cada vez más depreciado, aumento de la pobreza, etc.

La sustitución del jefe de la primera Junta, Jorge Rafael Videla, por el general Roberto Viola y, luego, de este por el general Leopoldo Galtieri, fue una consecuencia de esa crisis. La consiguiente decisión de intentar recuperar las Malvinas fue tomada, entre otras varias razones, tanto por el efecto que podría conseguirse a la hora de desviar la atención social de esos problemas, como por las posibilidades de recuperar el crédito perdido entre determinados sectores sociales sensibles a una acción de interés patriótico como ésa.

Gran Bretaña había alertado al gobierno de Estados Unidos cuando la invasión pareció inminente, lo que dio lugar a un infructuoso llamamiento de última hora por parte del presidente estadounidense Ronald Reagan al presidente argentino Galtieri.

El gobierno británico de la primera ministra Margaret Thatcher se enfrentó a una grave crisis política, que provocó la dimisión inmediata del ministro de Asuntos Exteriores, lord Carrington. Margaret Thatcher para mejorar su imagen política decidió liberar las islas y su primer triunfo fue diplomático, pues logró que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas declarara a la Argentina “país agresor” y obtuvo el aval incondicional de EE.UU. y de la Comunidad Económica Europea.

El apoyo latinoamericano a la Argentina fue casi unánime. Nicaragua ofreció tropas; Venezuela, petróleo y Perú, aviones de reemplazo. Solamente el régimen de Pinochet, en Chile, adopté una posición contraria, concediendo a los británicos suministros y bases para unidades de comandos.

Rápidamente se reunió un importante destacamento de fuerzas, formado por dos portaaviones y unos 28.000 hombres. Cuando este destacamento inició su viaje de 8.000 millas hasta el Atlántico sur, se produjo una intensa actividad diplomática por parte del secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores) de Estados Unidos, Alexander Haig, el cual trató de convencer a Argentina de que tenía más posibilidades de alcanzar su objetivo aceptando entablar negociaciones diplomáticas, pero al fracasar en sus esfuerzos, el 30 de abril anunció formalmente el apoyo estadounidense a Gran Bretaña.

Ante la posibilidad cada vez más real de un conflicto bélico, hubo algunos intentos de mediación, entre los que se destacaron el del secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuellar, y el secretario de Estado norte¬americano, Alexander Haig. Pero todos fueron infructuosos. El 1 de mayo comenzó la guerra.

El 25 de abril, las fuerzas británicas reconquistaron Georgia del Sur. A comienzos de mayo, tras el despliegue del grueso de sus fuerzas en la zona, los aviones de la RAF (Fuerza Aéreas británicas) comenzaron a atacar las posiciones argentinas, en especial la pista de aterrizaje de Puerto Stanley (Puerto Argentino, antiguo Puerto Soledad). Aunque los británicos no lograron expulsar a las fuerzas aéreas y navales argentinas, el submarino nuclear Conqueror provocó el hundimiento del crucero argentino General Belgrano, falleciendo 368 hombres. A continuación, un misil Exocet lanzado por la aviación argentina hundió a un destructor británico, el HMS Sheffield.

Los británicos se prepararon para un desembarco anfibio en la Gran Malvina (una de las mayores islas del archipiélago), una operación militar bastante difícil. Fuerzas especiales reconocieron la isla para determinar las posiciones de las tropas argentinas e identificar los lugares más apropiados para el desembarco. Mientras tanto, la actividad diplomática continuaba, primero a iniciativa del gobierno peruano y, después, del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Javier Pérez de Cuéllar. Una vez más, el gobierno argentino se negó a contemplar la posibilidad de una retirada militar si no se le garantizaba que las negociaciones directas desembocarían en una transmisión de soberanía.

Uno de los hechos más dramáticos de la guerra tuvo lugar el día 2 de mayo. Un submarino británico detectó, gracias a la información satelital proporcionada por EE.UU., el crucero “General Belgrano”, mientras navegaba fuera de la zona de exclusión. El crucero fue torpedeado y hundido. La cifra oficial de muertos ascendió a 368 hombres.

El 21 de mayo, unos días después de que concluyeran los esfuerzos de la ONU, sin que se produjera ningún avance, las tropas británicas desembarcaron en San Carlos (en la Gran Malvina). El desembarco se llevó a cabo con éxito, pero durante los días siguientes no cesaron los ataques aéreos contra los buques británicos que trataban de desembarcar suministros en tierra. Fueron hundidos tres buques de guerra y un mercante, el Atlantic Conveyor, varios helicópteros se perdieron y numerosos aviones argentinos fueron derribados.

El saldo final de la guerra fue la reocupación de los tres archipiélagos por parte del Reino Unido y la muerte de 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños.


Ultimos Combates

El principal combate en tierra, después del desembarco, se produjo el 28 de mayo, cuando un contingente británico formado por 600 hombres derrotó a una guarnición argentina mayor en número en Goose Green (en Malvina del Sur), tras un duro enfrentamiento. Los británicos avanzaron hacia la principal guarnición argentina que estaba situada en la capital, Puerto Stanley (Puerto Argentino), y el 8 de junio se produjo su mayor desastre, cuando el buque de transporte Sir Galahad fue destruido por aviones argentinos en Port Fitzroy.

Poco a poco, mediante ataques combinados de artillería e infantería para acabar con la intermitente resistencia argentina, los británicos tomaron las tierras altas que rodean Puerto Stanley (Puerto Argentino). El 14 de junio, la guarnición argentina, a las órdenes del general Menéndez, se rindió. La Junta Militar que controlaba el poder en Argentina dimitió poco después de la derrota. Las islas fueron fortificadas por los británicos, manteniendo su carácter de colonia, aunque a sus habitantes se les concedió la plena ciudadanía británica.

En ese contexto llegó a la Argentina el Papa Juan Pablo II. Su visita fue interpretada como un intento de convencer al gobierno de que terminara la guerra. El 14 de junio los 11.000 soldados argentinos se rindieron ante el general inglés Moore. Al día siguiente, Galtieri convocó a la población a la Plaza de Mayo para anunciar la rendición.


Siete Premios Nobel de la Paz dicen No a la militarización y Sí al diálogo

El Comité Internacional por la Resolución Pacífica del Conflicto de Malvinas, presidido por Adolfo Pérez Esquivel, continua la campaña internacional de adhesiones para solicitar al Gobierno de Gran Bretaña que atienda las reiteradas resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas y de su Comité Especial de Descolonización, llamando a reanudar las negociaciones para encontrar una solución pacífica a la controversia de soberanía por las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.

A la solicitada dirigida al Primer Ministro Británico David Cámeron, se sumó la liberiana Leymah Gbowee, recientemente galardonada con Premio Nobel de la Paz. También adhirieron el ex director general de la UNESCO y Presidente de la Fundación Cultura de Paz, Federico Mayor Zaragoza, Veteranos de Guerra, Organismos de Derechos Humanos, organizaciones ecuménicas, eurodiputados, diputados nacionales, escritores, periodistas, estudiantes, sindicalistas, etc.

Pérez Esquivel expresó que "el legítimo reclamo de soberanía por las Islas Malvinas no debe ser asociado con el belicismo represivo de la Dictadura Argentina. La Guerra de las Malvinas iniciada hace 30 años fue la excusa de dos gobiernos para sumar apoyo y legitimidad a costa de la sangre de sus pueblos".

Señaló que el Ejército Argentino estaba preparado para la represión interna y no para la defensa de la soberanía nacional. "Esto quedó claramente expuesto en los crímenes y vejámenes que sufrieron los soldados argentinos por parte de sus oficiales superiores. El Gobierno dictatorial, que no representaba al pueblo argentino, tuvo un frustrado intento de mejorar su imagen interna".

Del otro lado, remarcó que Margaret Thatcher ejerció la defensa de un enclave colonial estratégico que le brindó mucha popularidad y la ayudó a ganar las elecciones del año 1983. "Mientras ocurría el conflicto hicimos una campaña de solidaridad junto a Mairead Corrigan Maguire y el Consejo Británico para la Paz, con el objetivo de salvar vidas, afirmar la paz y detener la guerra. Sin embargo Gran Bretaña fue el único país no dictatorial que me negó el ingreso junto con Chile y Paraguay, que sí estaban bajo gobiernos dictatoriales. No querían que hubiese lugar para propuestas de paz y de diálogo".

Recuperando el simbolismo de la famosa "Marcha de la sal" de Ghandi en la India, contra el monopolio británico de ese recurso básico, el Presidente del Servicio Paz y Justicia recordó que este es un llamado a todos los ciudadanos del mundo a aportar su adhesión y a considerar ese aporte como un grano de sal, que se convertirá en un puñado de rebeldía no violenta para asegurar los recursos naturales y la soberanía territorial de Argentina y América Latina.

Finalmente comentó que a fines de abril viajará a Londres luego de varias décadas y que le gustaría poder reunirse con el Primer Ministro David Cámeron: “esta es una campaña por el diálogo y para derribar los muros de la intolerancia. Siempre se pueden pensar alternativas”.


Los negocios piratas en Argentina

El imperio británico ocupa Malvinas y expolia nuestros recursos ictícolas, se prepara para explotar los hidrocarburos y tiene una posición geopolítica y militar privilegiada en el Atlántico Sur. Pero hay más: en Argentina continental desarrolla múltiples negocios al amparo de la burguesía local y el gobierno de Cristina. Este es el mapa de los principales capitales ingleses en el país.

Hidrocarburos

Metro Gas: pertenece al British Gas Group. Tiene el 55% de la compañía propietaria de Metro Gas.
Shell: Angloholandesa. La casa matriz del grupo es Royal Dutch Shell, formada en Inglaterra y Gales.

British Petroleum:
Repsol YPF y British Petroleum han creado una sociedad conjunta de servicios en tierra a aviones. BP tiene el 60% de las acciones de Panamerican Energy, a quien se adjudicó sin licitación alguna, en 2007, por 40 años y a regalías ridículas, el yacimiento de Cerro Dragón (Chubut y Santa Cruz). De hecho, es una concesión a perpetuidad o hasta el agotamiento.


Alimentos y bebidas


Unilever: En Europa, bajo la marca británica Bird’s Eye e Iglo en otros países. En Argentina, está presente desde 1926, aún antes de la fusión entre margarinas Unie y Lever Brothers. Tras los Acuerdos de Madrid compró Guereño (limpieza) y CICA (Ades, Hellmann’s, Knorr, Lipton, Maizena, Savora y otros alimentos).

Cadbury:
empresa de origen inglés de golosinas. La planta argentina fue fundada en 1912, bajo el nombre de Stani. En 1993, Cadbury compró el 80% de las acciones de Stani y luego compró el resto. En 2003, Cadbury incorporó a Adams. En 2008 Cadbury se separó de Schweppes y creó Cadbury PLC, que hoy abarca Chicles Bazooka, Beldent, Halls, Mantecol y otras compañías.


Bancos


Patagonia: En julio de 2004, Banco Patagonia Sudameris firmó un convenio con Lloyds TSB (ex Banco de Londres) sucursal Argentina. Em noviembre incorporó activos, pasivos y absorbió los empleados de la filial local, que a su vez en 1998 había incorporado al Banco de Tres Arroyos. Desde entonces se llama Banco Patagonia.

HSBC Bank Argentina:
además de su propia actividad, asesora a Rockhopper Exploration, petrolera que opera en Malvinas.

Standard Bank: Su capital local se integra por Standard Bank London Holdings (75%) y Holding W-S de Inversiones (25%). La casa matriz está en Sudáfrica y la base de operaciones internacionales en Londres.

Hotelería


Alvear Palace Hotel y Hotel Hilton.

Minería


La Alumbrera: Minera Alumbrera Ltd está gerenciada por Xstrata Plc (anglosuizo), que tiene el 50% de las acciones. A su vez, las anglo-canadienses Goldcorp y Northern Orion Resources tienen el 37,5% y el 12,5% respectivamente. Desire Petroleum y Borders & Southern Petroleum tienen como accionista al banco Barclays, designado por Boudou para reabrir el canje de la deuda. El Barclays también forma parte de Minera Alumbrera.

Falkland Oil & Gas:
busca petróleo en las Islas, tiene atrás a la mayor minera del mundo, la australiana BHP Billiton, que a su vez desde 2008 explota cobre y oro en 40.000 hectáreas en Salta.


Una política antiimperialista consecuente debería tomar medidas urgentes para superar la postración neocolonial a la que seguimos sometidos: expropiar toda compañía capitalista con participación inglesa, bajo el control de sus trabajadores. Es decir, una verdadera guerra económica contra la dominación británica en nuestro propio territorio.






Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_las_Malvinas
http://www.taringa.net/posts/info/4642615/_Megapost_Islas-malvinas---Historia-y-Guerra.html
Prensa Perez Esquivel
http://boletinmovidaambiental.blogspot.com.ar/2012/04/los-negocios-piratas-en-argentina.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario