Ante los casos que se vienen dando de desnutrición en el norte de salta, a los cuales este último fin de semana se le sumaron dos muertes, y ya suman cinco en los últimos quince días las muertes ligadas a la desnutrición, el gobierno de salta, con declaraciones vacuas de su gobernante y con intenciones de negar todo tipo de responsabilidad, salió a decir “que la desnutrición en las comunidades aborígenes es un problema cultural”.
Sus enfermedades se deben a la pérdida de su territorio –y con él, sus modos de vida–; a la falta de saneamiento ambiental, agua potable y letrinas; a la ausencia de proyectos educativos y laborales.
En ese sentido, el gobernador Juan Manuel Urtubey tiene razón: es un problema cultural. Pero De la cultura de los gobernantes, que siempre los excluyeron de sus planes.
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