“Los que advierten sobre un posible desabastecimiento de la industria y del mercado nacional son quienes defienden intereses de compañías que han decidido no invertir en la Argentina”, remarcó la ministra.
La ministra de Industria, Débora Giorgi, afirmó ayer por la tarde que el Gobierno tomó los recaudos necesarios “para que no se produzca desabastecimiento de productos ni aumentos de precios” a partir de la mayor protección que tendrá la industria nacional con la extensión de las licencias no automáticas.
El objetivo oficial es preservar a la industria local y al mismo tiempo garantizar el mantenimiento de un amplio superávit comercial, el cual constituye uno de los pilares del modelo económico actual. No obstante, la ministra y otros funcionarios se reunieron el viernes con 300 empresarios beneficiados con las licencias no automáticas para advertirles que se los va a controlar para que no aumenten los precios de manera injustificada, aprovechándose de la protección.
La advertencia y, sobre todo, el control, resultarán claves porque a lo largo de la historia los empresarios han dado sobradas muestras de aprovechar las medidas oficiales para mejorar sus ganancias sin incrementar la inversión ni mejorar la productividad. Por lo tanto, cuando la protección desapareció, muchos rápidamente se vieron forzados a cerrar sus puertas o reconvertirse como importadores.
El ex secretario de Industria, Dante Sica, afirmó, por su parte, que “el mayor reclamo que hacen los importadores es no solamente la inestabilidad por la aplicación de nuevas licencias, sino que, según los orígenes, algunos plazos se han estirado”. El economista de la consultora Abeceb.com indicó que el plazo para autorizar una importación está previsto en 60 días, pero que “según algunas denuncias, han estado por encima de los 120 días”. “Esto podría generar algún tipo de reclamo por parte de algún sector importador o algún país que vea que sus importaciones de su origen puedan verse afectadas”, dijo. Luego advirtió sobre posibles aumentos de precios. “La medida tiene un costo asociado y a veces lo paga el consumidor en el precio que está abonando”, declaró.
Para Sica, la extensión de licencias no automáticas a un conjunto de productos importados implementada por el Gobierno hace dos semanas tiene “un doble sentido”, proteger a algunos sectores de la apreciación del dólar, y mejorar la balanza comercial. “Por un lado, hay una restricción o protección posible ante lo que se estaba evidenciando como una apreciación del dólar, que abarata las importaciones, con lo que algunos sectores piden protección para resguardarse; y también creo que hay un objetivo –se ha visto en especial en los autos de alta gama– de mejorar la balanza comercial”, explicó.
La ministra de Industria, Débora Giorgi, afirmó ayer por la tarde que el Gobierno tomó los recaudos necesarios “para que no se produzca desabastecimiento de productos ni aumentos de precios” a partir de la mayor protección que tendrá la industria nacional con la extensión de las licencias no automáticas.
El objetivo oficial es preservar a la industria local y al mismo tiempo garantizar el mantenimiento de un amplio superávit comercial, el cual constituye uno de los pilares del modelo económico actual. No obstante, la ministra y otros funcionarios se reunieron el viernes con 300 empresarios beneficiados con las licencias no automáticas para advertirles que se los va a controlar para que no aumenten los precios de manera injustificada, aprovechándose de la protección.
La advertencia y, sobre todo, el control, resultarán claves porque a lo largo de la historia los empresarios han dado sobradas muestras de aprovechar las medidas oficiales para mejorar sus ganancias sin incrementar la inversión ni mejorar la productividad. Por lo tanto, cuando la protección desapareció, muchos rápidamente se vieron forzados a cerrar sus puertas o reconvertirse como importadores.
El ex secretario de Industria, Dante Sica, afirmó, por su parte, que “el mayor reclamo que hacen los importadores es no solamente la inestabilidad por la aplicación de nuevas licencias, sino que, según los orígenes, algunos plazos se han estirado”. El economista de la consultora Abeceb.com indicó que el plazo para autorizar una importación está previsto en 60 días, pero que “según algunas denuncias, han estado por encima de los 120 días”. “Esto podría generar algún tipo de reclamo por parte de algún sector importador o algún país que vea que sus importaciones de su origen puedan verse afectadas”, dijo. Luego advirtió sobre posibles aumentos de precios. “La medida tiene un costo asociado y a veces lo paga el consumidor en el precio que está abonando”, declaró.
Para Sica, la extensión de licencias no automáticas a un conjunto de productos importados implementada por el Gobierno hace dos semanas tiene “un doble sentido”, proteger a algunos sectores de la apreciación del dólar, y mejorar la balanza comercial. “Por un lado, hay una restricción o protección posible ante lo que se estaba evidenciando como una apreciación del dólar, que abarata las importaciones, con lo que algunos sectores piden protección para resguardarse; y también creo que hay un objetivo –se ha visto en especial en los autos de alta gama– de mejorar la balanza comercial”, explicó.
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